Difícil se
vuelve el volver a sonreír, cuando los ocasos pintados embellecen un sueño
pasajero,
Me gustaría
volver atrás y recordar tus manos, tu boca y tu piel,
Volver a
conquistar con mis ojos la razón de tu existencia,
Para volver
a sonreír nuevamente en tu rostro.
Pienso en
todo esto, justo ahora.
Cuando han
pasado tan pocas, pero tantas cosas,
En donde el
olvido se vuelve una rutina pasajera infinita,
Los golpes
acusan un recibo que no mitifica mi dolor,
Y tu
angustia, dolor o pena, se vuelven céntricas en tu corazón,
¿Por qué no
haber reído antes tus días, o haber escrito premonitoriamente un tratado que me
ayudase a conquistar tu alma?
¿Por qué no
se aprende del pasado las cosas útiles, dejando de lado las experiencias que deberían
olvidarse como el tiempo?
¿Por qué no
soy suficientemente capaz de construir con mi esfera color sangre un próximo lugar
en donde habites confortable?
¿Por qué debo
recorrer la historia de mi pasado para soslayar tu mirada austera, sin que
sienta tu boca el deseo de la mía?
¿Por qué será
entonces, que te veo tan distante, cuando estas a pasos de mi cuerpo?
¿Por qué siento
el egoísmo gigantesco de arrancarte de tu vida?
Y apagarte
en la mía.
¿Sera el
karma entonces de todo un pasado o el karma de futuros pecados?