Sin...
Sin respuesta
me acerco a la ventana del deseo que se empaña cada mañana al despertar con mi
boca tu beso.
Sin querer
doy rienda controlada a mis manos que pretenden conquistar el néctar de tus
orejas mediante mis ojos desenfrenados.
Sin ayuda
bajo con mis yemas por la dulce cintura que se acomoda en mi cama, como si se
riera de mi tu figura llamativa, indómita, pero cautiva.
Pero,
Sin ti me
siento tan vacío en la mañana cual ocaso sin primavera o cual piedra en la
columna de una montaña lejana y sincera.
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