Sonrisa de mujer, sonrisa de marfil.
Posiblemente sea la vida
Ese segundo hermoso, dulce, fugaz
Donde uno ve pasar las cosas sin tiempo a detenerse bajo las palabras y los juramentos.
Un mundo en donde el frió
Acoge cada segundo, minuto y hora
Revolcando en sus ideas los grises y purpuras acongojados en su cuerpo racional y loco.
Existen pocas cosas, diminutas
Capaces de cambiar esta realidad
Aparecen en los lugares menos pensados, dentro de la luna, alrededor de un gramo de rosas.
Son difíciles de encontrar
Porque no se presentan a quien las busca
Existen en las esquinas, balcones de edificios, las pupilas concentradas frente a la luz.
Pero están, ahí, frente a ti
Frente a mí
En tu sonrisa, en tus labios de amatista y dientes de coral
Sumisa a los ojos que la observan
Expectante a los la boca que se acerca
Sonrojada ante los dogmas que la creen
Y hermosa en su día a día.